UN RADIOAFICIONADO en la historia de Santo Domingo

"...Y anoche una onda sonora onduló vermicular, de las 21 a las 24, por el espacio, como cubriendo con su sutil celaje de armonías -las más caprichosas, ricas, grávidas de nobles emociones-, la ciudad entera"
Crónica de Miguel Mastrogiani en el diario La Razón. Agosto de 1920.

Luis Antonio Dayer, nacido el 10 de septiembre de 1.930, casado con Isolina, padre de tres hijos: Roberto, Antonio y Stella.

Caminó la vida haciendo realidad sus sueños... Ayer cumplió 78 años y sigue soñando...

Para él, el calendario es solo un registro. Él tiene la edad de sus sueños...

“EL CHOLO”… un radioaficionado en la historia de Santo Domingo…

Las vivencias de Luis Antonio Dayer son muy especiales, enriquecidas con detalles únicos y con ese toque de amor a la vida que aflora en su mirada.

Según cuenta, su pasión por la radio acechaba dentro de él desde muy pequeño.

Comenta que ayudaba a su padre en las tareas del campo y mientras arriaban animales se lo pasaba preguntándole cómo funcionaba una radio, qué era una onda, cómo se lograban las transmisiones… qué eran las baterías…

Habla y sonríe, recuerda que su padre respondía a las preguntas lo mejor que podía, pero a veces no sabía qué contestar…

Con el paso de los años la inquietud de Cholo por aprender fue creciendo, y su padre le propuso que estudie. Él aceptó encantado.

Cursó durante casi tres años la carrera de radiotécnico por correspondencia. Sus estudios teóricos culminaron en el año 1948.

Luego se trasladó a Humboldt donde estuvo dos años junto al Señor Ernesto Hettman (amigo de su padre), que armaba y arreglaba radios.

Allí se abocó al aprendizaje práctico. Regresó a Santo Domingo y comenzó con trabajitos propios.

Recuerda con alegría cuando su tío le descomponía la radio, “la dejaba en corto”, y se la entregaba para que descubra el problema y la arregle.

Así fue aumentando su práctica cada día y los primeros clientes llegaron. La confianza de las personas fue en aumento al comprobar los resultados.

Cholo se comunicaba regularmente con el Sr. Hettmann, su ex maestro de la localidad de Humboldt. Éste, junto a su amigo Gustavo Meier, experimentaba la emocionante aventura de la radioafición.

Ellos tenían transmisores y deseaban que Santo Domingo también lo tuviera.

Armaron un equipo de 8 watios alimentado a acumuladores y Cholo debía poseer el permiso de comunicación para ponerlo en funcionamiento.

Para obtener dicha licencia debía concurrir a una oficina de correo a dar un examen. En nuestro pueblo sólo había estafeta postal, entonces realizó el trámite en Esperanza.

Su título de radiotécnico favoreció la obtención y el día 10 de abril de 1956, le fue otorgada la autorización para operar en categoría intermedia. La señal distintiva era LU8FAS.

Comenta emocionado, que su esposa Isolina siempre lo acompañó en todo, que ella tuvo mucho que ver en la concreción de sus sueños... por su comprensión... por su "aguante"...

Detiene su narración por un momento... se recupera y continúa...

Instalada la estación, Cholo comenzó a transitar la anhelada experiencia. Su primera comunicación surgió el día 26 de abril de 1956 desde el establecimiento "La Azucena" ubicado en Colonia La Sarita, propiedad de sus padres Don Segundo C. Dayer y Doña Dominga T. Vegetti, y fue con la LU6HBN de Córdoba capital, correspondiente al Señor Héctor N. Tealdi.

Este Señor se convirtió en el padrino ya que se acostumbraba brindar ese honor a quien respondiera por primera vez.

De cada estación con la que se contactaba, recibía una tarjeta confirmando el comunicado. Se las denominaba QSL y se guardaban como comprobante de la comunicación.

A partir de aquel día se sucedieron un sinfín de comunicaciones, unas de amistad, otras casuales, pero la mayoría de espíritu solidario… de ayuda a los demás…

Afirma muy orgulloso, que en el tiempo que se desempeñó como radioaficionado pudo cumplir con numerosas actividades solidarias que dejaron importantes huellas en su memoria.

El principal objetivo no era la cantidad de contactos, sino obtener la máxima distancia, llegar a transmisiones cada vez más distantes en kilómetros.

En ese lapso llegó a comunicarse con casi todas las provincias argentinas, con varios países hermanos y hasta con Lima (Perú).

Cholo va terminando su relato con gestos de nostalgia “Sabemos que cada comienzo tiene un final, y así también lo tuvo mi estación, cuando personas de una empresa de electrificación, sin la capacidad necesaria o tal vez ignorando lo que hacían, voltearon la antena que yo tenía instalada sobre la usina generadora de energía con el consiguiente permiso de su propietario Zimmermann”

Pero la pasión seguía muy viva dentro de sí y la RADIO continuó siendo parte importante en su vida. Cholo conserva los equipos, las fotos del mismo son actuales.

Actualización sábado 13 de septiembre.

Hace aproximadamente un mes que comencé a recopilar datos de la vida del Sr. Dayer.

Algunas tardes lo visité y mientras conversábamos y me contaba sus vivencias, yo filmaba con mi cámara digital. Es la primera vez que publico un video… y es casero… es propio.

Elegí especialmente al primer protagonista… GRACIAS CHOLO POR TU PREDISPOSICIÓN !!!




En próximas publicaciones más de la vida de Luis Dayer.