domingo, 20 de febrero de 2011

LOS PRIMEROS HABITANTES... (Segunda Parte)

"Nuestros puertos se abren al comercio del mundo,
atraído por las valiosas e importantes producciones de nuestro suelo;
nuestros desiertos llaman a la inmigración,
y la inmigración vendrá estimulada por los temas ocultos
que aguardan solamente brazos e industrias que lo exploten."

José Hernández
Artículo "La nueva época" publicado en 1860

Así terminaba la publicación de la Primer Parte...

Cuando hacía 12 años que habitaba en Santo Domingo, Nicanor fue presidente de la Comisión Comunal...

Así continúa la historia...

Pasados unos años, y por sugerencia de los Vionnet, Nicanor marchó hacia la ciudad de Barranqueras Chaco, donde instaló un comercio de Ramos Generales y se desempeñó como socio-gerente.

Con un clic sobre la foto podrás verla en mayor tamaño.

La llegada del Ferrocarril, significó el crecimiento de la zona y por ende la necesidad de construcción del Puerto.

Nicanor formó parte del proyecto de construcción del Puerto Barranqueras, convirtiéndose así en un empresario más importante aún.

Se instaló definitivamente en el lugar y allí construyó su casa.


Conoció mellizas hijas de personas con quien se mantenía en contacto por su trabajo, y contrajo matrimonio con una de ellas, la Señorita Ascención Zerga.


De esta unión nació Eugenia quien hoy reside en nuestra localidad.

Ella cumplió sus años de educación con profesores particulares a domicilio.

Don Nicanor era muy cuidadoso y autoritario. Evitaba todo contacto que para él indicase peligro porque no quería que le sucediera algo malo a su hija.

Eugenia continuó sus estudios hasta convertirse en docente.


Ya para ese entonces logró encaminar su vida de una manera más independiente y se dedicó a dar clases.

Conoció al Señor Aldo Mozzati, compañero de trabajo y con el debido permiso de su padre contrajo matrimonio.


Mientras en el Chaco todo era progreso y bienestar, aquí en santo Domingo, José luchaba con su comercio para seguir adelante, ya que su forma de ser lo llevó a confiarse demasiado y realizar malas inversiones que lo llevaron a endeudarse y perder parte de sus bienes.


Ante esta situación, Nicanor y su familia decidieron regresar a Santo Domingo para colaborar en las negociaciones con intención de mejorar la situación económica de la familia que ya había perdido gran parte de sus tierras.

En épocas florecientes, los grandes galpones que rodeaban la estación Pericota donde el tren descargaba los granos, pertenecían a la familia Antuña. La zona urbana actual era casi en su totalidad propiedad de ellos.

A la familia Antuña, también perteneció el primer hotel que existió en nuestra localidad y cuya estructura se conserva hoy intacta y en parte de ella habita Doña Eugenia Antuña, que con sus 94 años, se mantiene muy activa y es una apasionada de las plantas a las que dedica gran parte de su tiempo. Su jardín colmado de flores, es admirado por quienes tienen la posibilidad de visitarlo.

Al frente permanece la estructura cuya fotografía publiqué al anunciar que contaría esta historia. Es en ese lugar donde se encuentra aún grabada, después de tantos años, la identificación “Familia Antuña”.

En próximas publicaciones relataré sucesos aislados sucedidos en el tiempo que transcurrió la historia de esta familia...

Gracias a quienes hicieron posible esta narración!!