UNA EMPRESA FAMILIAR

...No te desvíes campesino, continúa por tu duro camino,
pon mucho empeño y experiencia, trabajando con sabia conciencia. Sé que sos un pequeño puntito dentro de este universo infinito,
pero sigue esta vida alegre y sana, sigue sembrando, segarás mañana ...
Rubén Sada

De tradición lechera, y con la esperanza de que sus hijos sigan también en la actividad, el matrimonio SCHREIER lleva adelante su explotación con el objetivo de crecer paso a paso cada año.

MIGUEL es uno de los “hijos” de Marta, la madre del post anterior...


Bajo las consignas “con el tambo tenemos trabajo todos” y “nada mejor que la familia unida”, él constituye un ejemplo de que la empresa familiar es viable cuando las cosas se realizan con responsabilidad.

Transcribo una entrevista de Revista MILKAUT Nº 209 – Junio/Julio 2008

¿Desde qué año tienen el campo?

-Mi abuelo lo compró en el `47, lo continuaron mi papá y su hermano, que en 1954 iniciaron el tambo. Siempre vivimos acá las dos familias, mis padres y cinco hermanos, y mi tío con sus dos hijas. En el `79 en un accidente fallecieron mis padres.
En la década del `80 mis primas se casaron y se fueron. Nosotros también formamos nuestra propia familia. En el `89 formé una sociedad con mi tío que perduró hasta el `98, año en que él se jubiló y fue a vivir a santo Domingo (zona urbana).

¿Cuándo quedó a cargo de la explotación?

-A partir del `98, solo con mi señora. Le compré a mi tío las vacas y herramientas. Esa misma metodología implementé con mis hermanas, mientras que a mis hermanos varones les compré también su parte del campo.
Además en el `99 arrendé otras 34 has, con lo que sumo 130 has, de las cuales solo un cuarto son propias.

¿Cómo se compone la mano de obra en el establecimiento?

-Desde hace cincuenta y cuatro años que ordeña la familia, siempre nos dedicamos nosotros. Hoy estamos en el tambo mi señora, mi hijo Damián y yo. De tarde nos ayuda mi segundo hijo Renato. A los dos les gusta trabajar acá y son una gran ayuda.

¿Cómo los está afectando la sequía este año?

-Bastante ya que si bien hemos podido mantener el nivel de producción, ha sido a base de silo, algodón, balanceado, es decir, con un costo de alimentos mayor al pastoril.
Habíamos hecho de reserva 220 metros de silo de maíz y sorgo, 260 rollos y compramos grano. Hemos tenido que suplementar con balanceado, la recría con sorgo molido, y eso no estaba presupuestado. Pero logramos mantenernos en 19 litros por vaca.
Para la primavera esperamos estar en los 2.200 litros diarios.

¿Planifica incrementar la cantidad de vacas en ordeñe?

-Para eso estoy limitado en este momento por la instalación de ordeñe, ya que es la misma de hace cincuenta años. Si bien le hemos hecho mejoras hoy no alcanza para tantos animales.

¿Está en los próximos planes cambiar la ordeñadora?

-El mayor condicionante que tengo al momento de definir modernizar toda la instalación es que la mayor parte de la explotación es alquilada. En este momento mi prioridad es comprar tierra, al menos para alcanzar la mitad del establecimiento. Si no estoy invirtiendo sobre una extensión de la que solo soy dueño de un cuarto.

¿A pesar de estos condicionantes piensa incrementar la producción?

-Por supuesto que uno es ambicioso y siempre quiere más. Además si mis hijos van a seguir trabajando acá, necesitamos continuar creciendo para incluirlos en el esquema laboral. Como dije, me conformo con llegar esta primavera a los 2.200 litros diarios, y para el 2009 tener un promedio anual de 2.300 litros por día.

¿Es rentable la actividad con la cantidad de tierra que alquila?

-Si bien arrendamos gran parte de la superficie, compensamos con la mano de obra que es toda familiar. Esto es lo que nos gusta hacer y sabemos cómo. Este año compramos el mixer, la pala silera, la situación nos permite incluso hacer algunas inversiones.
El negocio da margen para crecer de a poco.

¿Pensó en hacer agricultura?

-No, porque le restaría campo al tambo. Podría haber rotado alfalfa con soja, pero prefeiro destinar el potrero para moha o maíz para silo. Tampoco consideré liquidar la actividad y salir del sistema lechero. Somos de tradición tambera y espero que mis hijos la continúen.
Si hago agricultura los chicos se tienen que ir porque me las arreglaría solo y ellos quedarían desocupados. Con el tambo tenemos trabajo todos. Yo deseo que ellos se queden con nosotros, que más lindo que la familia unida.

¿Cómo maneja la siembra?

-Tenemos 70 has con pasturas de 1º y 2º año, es decir que por año siembro unas 35 has con alfalfa. Este año, además, hicimos 29 has de avena y quedan 28 has con alfalfa de 3º año. Siempre tenemos un 70 % del campo sembrado con pasturas. En el resto, maíz y sorgo para silo y moha para rollo.
Hace tres años que venimos fertilizando con 120 kg de fósforo por ha. Si bien es una inversión importante, se nota en el rendimiento.

¿Qué balance hace de la actividad?

-El tambo es sacrificio, es responsabilidad, porque no se puede dejar nada libre al azar, pero nos gusta. Yo hace veintiocho años que voy al tambo y mi esposa treinta, así que algo de experiencia tenemos.
(Las fotos también son de la revista)

Hoy, después de tres meses, Miguel dice que lamenta no haber logrado los objetivos debido a la sequía.

Se muestra optimista a pesar de todo, ya que ha llovido y las esperanzas vuelven al espíritu de las personas que, como esta familia, luchan por conservar lo que aman.

FELICITACIONES POR ELLO! Y ÉXITOS!