“Cuando las sociedades se hacen distintas, cuando los hombres se hacen distintos, cuando los tiempos se hacen distintos hay fiestas y sigue habiendo fiestas” (Juan Rulfo)
Muchas personas se dan cita cada año, el día 8 de agosto, para participar de los festejos en el día del Santo Patrono.
Por la mañana, desde hace tanto tiempo como tiene la comunidad católica en nuestra localidad, se celebran la Procesión y Santa Misa en honor al Santo Patrono SANTO DOMINGO DE GUZMÁN.

Por la tarde continúan los festejos en la plaza San Martín.
En esta semana, aprovechando la cercanía de la fecha, contaré como se festejaba en otras épocas.
Muchísimas gracias al Señor Dante Alovatti (Tato), que me hizo reír un montón con sus relatos y comentarios. Los comparto con ustedes mediante este espacio.
Según dice “Tato” las procesiones contaron desde siempre con la asistencia de toda la comunidad católica y conllevan merecidas anécdotas que perduran en el tiempo.

Muchos participaban sin saber bien de qué se trataba. La cuestión era “estar presente”.
En una oportunidad marchaban en la procesión con el Cura Párroco guiando la columna, y entonando juntos una canción en honor al Santo.
De pronto el religioso se da vuelta para “controlar” como se desarrollaba el acto y ve que varias personas no acompañaban con su canto.
Entonces da la orden: Canten todos!! Canten todos!!
El Señor Enrique Presser ubicado casi al final de la fila no tenía idea de qué debía cantar. A su lado los señores “Tatingo” Velásquez y Nilo Alovatti lo alentaron a que cante y comenzó: Clavelito chino chino … ven para decirte adiós… no me dejes ir solito… vámonos juntos los dos…

Hubo un año en que se realizó de noche porque la procesión era con antorchas.
En aquella época había muy poca luz en las calles. La oscuridad se prestaba para dar mayor realce al desfile de fueguitos.
Al final de la caravana venían el señor Martín Villarruel que tenía una pierna más corta que la otra y el señor José Longoni también rengo.
La marcha era encabezada por el Cura Párroco Molinuevo.
En un momento se da vuelta hacia atrás y viendo el vaivén de movimientos de las antorchas al final de la cola, dice: más respeto, más respeto, por favor esos niños que dejen de jugar allá atrás.
Los festejos de la tarde en la plaza eran muy especiales.
“Tato” cuenta que se reunía gran número de personas dispuestas a las más insólitas consignas de juego.

La mayor regla era asistir con “ropa viejita” porque se corría el riesgo de arruinarla.
Unos de los juegos consistía en trepar un poste enjabonado de unos cinco metros de altura, el que alcanzaba con sus manos la cima era compensado con un premio de miles de pesos.
Se sonríe diciendo: “Eran unos vivos, sabían que nadie podía llegar por eso ofrecían tanto dinero de regalo! Pero era un verdadero espectáculo, nos descomponíamos de la risa viendo como una y otra vez, los corajudos que jugaban, se esforzaban por llegar”.
Otra atracción que se llevaba la mayoría de las risas consistía en “Agarrar la cola del chanchito enjabonado”. El que lo lograba se llevaba de regalo precisamente el animal.
Cuando los participantes estaban dispuestos a comenzar el juego, largaban el “chanchito” por las calles y todos a perseguirlo. Era difícil agarrarlo sobre todo porque nadie quería que el otro gane, entonces debían cuidar al rival y a la vez, competir para llevarse el premio.

“Tumbar el rancho” era otro de los juegos. Los organizadores armaban una estructura de caña y con papel confeccionaban las paredes.
Los participantes montados a caballo debían chocar y tumbar el rancho. La mayoría volaba por los aires al intentarlo, ya que los caballos se frenaban de golpe al percibir que iban a estrellarse.
“La diversión es una cuestión de actitud; la vida es cuestión de actitud”En la actualidad se mantiene la tradición de los festejos de la tarde en la plaza. Asisten vendedores ambulantes y los alumnos de 5to Año de la secundaria son los encargados de organizar juegos para niños.
Están presente, peloteros, castillo inflable, trencitos, carritos a pedal, calesitas, camas elásticas, y otros entretenimientos.
Actúan además, en el escenario de la plaza, grupos musicales locales y otros contratados.
Los pobladores pasan una tarde agradable compartiendo el mate, conversando con amigos y parientes, disfrutando de los juegos con sus hijos,…